miércoles, septiembre 26, 2007

Autovía Cáceres badajoz

AUTOVIA CÁCERES BADAJOZ

Debe ser muy gratificante coincidir con las corrientes que se llevan, y pensar lo que en ese momento esté de moda. En cambio puedo asegurarles que carecer del don del mimetismo proporciona infinidad de molestias, enemistades e incomprensiones. Y este es mi caso que a veces digo no cuando toca decir sí, y ahora que algunos “ecologistas” dicen no, yo me veo obligada a decir sí.
Cuando leía esta noticia : “Cuatro personas han muerto calcinadas esta mañana en un accidente de tráfico ocurrido poco después de las 11.00 horas en la carretera que une Ribera del Fresno y Villafranca de los Barros (Badajoz). El siniestro ha tenido lugar al chocar frontalmente una furgoneta y un turismo...” Me echaba las manos a la cabeza renegando por la falta de infraestructuras que propicia este tipo de accidentes, a sabiendas de que las carreteras de doble sentido acumulan el 44,8 % de estos accidentes, y constándome que el 30% se producen en las zonas urbanas, representando las autopistas y autovías solo el % restante, casi la mitas que en carreteras.
Claro que me preocupa la incidencia medioambiental de la autovía, sobre todo la incidencia positiva para estos cientos de viajeros, extremeños en su mayoría, que asumen diariamente, o cada fin de semana el riesgo adicional que supone viajar por una carretera de doble vía. Además cuando esté acabada la autovía será fácil llegar a un hospital importante en caso de urgencia, circunstancia que tampoco me parece despreciable, e incluso los bomberos tendrán más fácil el acceso a los incendios de toda la zona que recorre la autovía, de alto valor ecológico. Frente a todo esto no parece de importancia el ahorro en combustible que va a suponer la nueva vía, y no sólo por el recorte en kilómetros, si no porque en autovía es más fácil mantener una velocidad de régimen que en carretera evitando frenadas y acelerones, o el ahorro en neumáticos, en aceite... y por supuesto en emisiones toxicas.
Razones, para mi importantes, que repartidas por “pros” y “contras” en una balanza, me llevan otra vez a discrepar, y a quedarme con la autovía.

Milagrosa Carrero Sánchez